Chita corriendo en una reserva de vida silvestre en Sudáfrica.

Acariciar leones: Descubre el lado oscuro de la “conservación” de grandes felinos

La realidad de la “conservación” de grandes felinos

Por Samantha Evans | 15 enero 2019
Updated on 22 agosto 2019

Hace unos años cuando pasaba mis vacaciones en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, viví lo que consideré un privilegio: la oportunidad de acariciar un chita joven. Recuerdo cómo el encargado me llevó al recinto, cómo me agaché lentamente y pasé mis dedos por su manchado pelaje. Fue muy emocionante saber que estaba tan cerca de una de las criaturas más rápidas del planeta. El guepardo, en cambio, se mostró totalmente desinteresado y miró a la distancia mientras yo lo acariciaba y tomaba cientos de fotos para capturar el momento.

Como muchos, no estaba consciente de las implicaciones de mis actos. Si hubiera sabido lo que sé ahora, no habría tenido ese encuentro.

Los cachorros de grandes felinos son irresistibles con su suave pelaje, patas acolchadas y su naturaleza juguetona. Sólo la idea de poder sostener y jugar con uno de estos hermosos bebés es suficiente para derretir el más frío de los corazones, por lo que no es de sorprender que sea una industria lucrativa en todo el mundo

Los encuentros con estos animales salvajes suelen comercializarse bajo la apariencia de “rehabilitación” o “conservación”, haciendo que sea aun más atractivo para el público. Después de todo ¿quién no querría jugar con un adorable bebé león que recibe cuidados para recuperarse en un entorno protector bajo la supervisión de “expertos” en el campo?

Sin embargo, la realidad sobre acariciar cachorros de grandes felinos es mucho más oscura de lo que todos creen. Los leones son las principales víctimas de esta cruel industria. Cuando los cachorros crecen demasiado grandes para acariciarlos, se usan en recorridos donde los turistas pueden caminar junto a ellos en un área abierta. Esto se vende como una “oportunidad única en la vida” y se está volviendo muy popular, cerrando así la brecha entre acariciar cachorros y la caza enlatada

Cuando crecen, los leones adultos son vendidos para la caza enlatada, donde los mantienen en áreas confinadas de las que no pueden escapar, dándole al cazador una cacería garantizada. Los leones enfrentarán un terrible destino. Los cazadores incluso enviarán partes de sus cuerpos como trofeo a Estados Unidos o Europa.

Hablé con Chris Mercer, cofundador de CACH (Campaña contra la Caza Enlatada), y Judi Gounaris, conservacionista y gerente del proyecto de Conservación en Botsuana, para saber su opinión sobre los encuentros con animales y sus repercusiones. 

Leopardo en una reserva de vida salvaje en Botsuana.

En tu opinión, ¿qué problemas rodean a los centros y zoológicos donde se pueden tocar animales salvajes? 

Judi: En primer lugar, los animales silvestres pertenecen a la naturaleza y no interactuarían nunca con humanos en circunstancias normales. Le tienen un miedo natural a los humanos y eligen no estar cerca. El hecho de encontrarse en cautiverio y disponibles para que los acariciemos le causa mucho estrés a cualquier animal salvaje, cuyo instinto natural sería huir. Los centros y zoológicos nunca podrán replicar lo que la naturaleza brinda a estos animales, sin importar cuánto lo intenten o cuánto dinero gasten en ello. 

Los animales no tienen otra opción sobre ser manipulados y suelen ser sometidos a métodos crueles e inhumanos para hacerlos suficientemente “mansos” para el público. Estos centros y zoológicos son instituciones con fines de lucro y por costes, muchos prefieren adquirir un reemplazo en caso de que el primer animal enferme.

Chris: Acariciar a grandes felinos es estresante tanto para el cachorro como para la madre, cuyos cachorros fueron arrebatados al nacer para que vuelva a la acción más rápido y tenga más crías de lo normal al año. Esto es perjudicial para su salud, pues su cuerpo no está diseñado para soportar de 2 a 3 camadas al año. También es perjudicial física y psicológicamente para los cachorros. Su dieta nunca es suficiente y las caricias constantes y juegos con turistas los estresa mucho. Pierden condición física, su pelaje, tienen episodios de diarrea y nunca tienen el cuidado constante de una madre.

¿De dónde consiguen a los animales?

Judi: De la naturaleza y de centros de crianza en cautiverio.

Chris: Hay cerca de 160 criaderos de leones en Sudáfrica, donde se crían cientos de cachorros a gran velocidad cada año. 

Hombre acariciando a un león en cautiverio.

¿En qué condiciones mantienen a los animales?

Judi: No hay una respuesta sencilla. Algunos los mantienen en condiciones limpias e higiénicas, mientras otros los mantienen en condiciones espantosas sin techo, agua ni la dieta y espacio adecuados. Pero incluso si las condiciones son “buenas”, nunca se compararán a la naturaleza y se les arrebata la oportunidad de tener una vida normal. Si abrieras la jaula de cualquier animal silvestre, se iría y nunca regresaría. Es su instinto, al contrario de los animales domésticos que se sienten felices cerca de la gente.

Chris: Las condiciones varían según el criador. En los criaderos algunos animales viven en condiciones atroces. Una vez que ya no pueden usarlos para ser acariciados y caminar con los turistas, ya no hay necesidad de cuidarlos adecuadamente o de tenerlos en instalaciones decentes. Los amontonan en recintos diminutos y sucios, y a veces con agua imposible de beber y con la comida más barata que pueden darles.

¿Cómo se alienta a que el público pague para acariciar animales silvestres?

Judi: El público cree que al pagar por acariciar estos animales están ayudando a conservarlos. Esto no es verdad, pues estos animales no pueden ser liberados en la naturaleza, así que nunca volverán. Cualquier instalación que diga la verdad sobre liberar animales en la naturaleza tiene pautas y políticas muy estrictas y no permitirá al público tocar a los animales.

Chris: Parece existir un mercado insaciable para acariciar animales silvestres entre amantes de animales. Los criaderos de leones explotan esta necesidad emocional al presentarse a sí mismos como “santuarios de vida silvestre” y los turistas son fácilmente engañados. 

León adulto en la reserva Wild at Tuli.

¿Cómo tratan a los animales para que sean considerados seguros para convivir con humanos? 

Judi: Hay denuncias de que los animales más peligrosos son drogados, de que se les quitan garras o colmillos para que puedan manejarse más fácilmente. Si se “comportan” bajo nuestros términos es porque han sido entrenados con miedo y métodos crueles.

Chris: Sus manejadores establecen dominio cuando los animales son muy jóvenes. Los cachorros son golpeados si se portan mal (es decir, si se comportan de forma natural).

¿Cuáles son algunos de los peligros que enfrentan tanto los animales como los humanos cuando conviven? 

Judi: Si una persona resulta herida de alguna forma, por lo general matan al animal. Así que sin importar qué ocurra, el animal pierde. Además las personas pueden ser gravemente heridas si es que los animales salvajes no los matan cuando no quieren interactuar.

Chris: Los leones, como las personas, tienen diferentes personalidades. Por lo tanto, algunos leones jóvenes pueden ser impredecibles y una interacción juguetona puede convertirse rápidamente en un ataque mortal.

Turista acariciando un chita mantenido en cautiverio.

¿Qué ocurre con los animales cuando son demasiado grandes para acariciarlos? 

Judi: Los leones en Sudáfrica suelen terminar en la industria de la caza enlatada ¡para que les disparen “cazadores” que pagan por ello! Cuando los animales ya no “sirven” los descuidan, venden o son asesinados, pues ya no generan ganancias.

Chris: Después de usarlos para ser acariciados como cachorros, un león joven puede usarse para caminar con turistas hasta que crezca lo suficiente para la industria de la cacería.

¿Existe alguna ley o regulaciones para monitorear a los zoológicos interactivos o manipuladores de animales?

Judi: Existen leyes y regulaciones sobre cuidado y crueldad animal, el problema es su implementación. No hay suficientes encargados de hacer cumplir la ley y existe mucha dificultad para confiscar animales sin seguir el debido proceso.

Chris: Las únicas leyes sobre interacción humano-cachorro son los permisos y el Acta de Protección Animal de 1962, que prohíbe la crueldad al ganado, animales domésticos y animales silvestres en cautiverio. Los permisos generalmente prohíben la interacción con turistas, una farsa diseñada para proteger a los servicios de conservación de la responsabilidad legal cuando ocurre lo inevitable y un turista es atacado.

¿Qué puede hacer el público para ayudar a detener la explotación de animales silvestres?

Judi: Nunca vayan a un zoológico, zoológico interactivo o circo donde los animales son parte del espectáculo. Nunca financies estos lugares, porque eso es lo que mantiene sus puertas abiertas.

Chris: El público debe abstenerse de acariciar cachorros de grandes felinos. Es importante que la gente esté informada para comprender que el cachorro que acarician hoy será cruelmente asesinado por un cazador cuando sea más grande.

Muchos centros y zoológicos justifican la oportunidad de acariciar grandes felinos promoviendo sus actividades de conservación. ¿Existe una razón para continuar estas experiencias?

Judi: No que yo sepa. No es ético tomar a un animal silvestre, colocarlo en una instalación y hacer que se comporte de forma antinatural solo para que la gente pueda tocarlos o caminar con ellos. El argumento suele ser que personas de otros países nunca verán un león a menos que vayan a un zoológico o circo que incluya estos animales. ¡Y qué! Yo nunca veré a un oso polar o a un jaguar a menos que vaya y lo vea en su hábitat natural. Es un argumento inaceptable en el mundo actual, donde la gente puede ver a estos animales sin ir a su hábitat natural gracias al internet y la televisión. No conozco ninguna instalación que haga la diferencia en conservación si permiten que los animales sean maltratados manteniéndolos en cautiverio y permitiendo que los toquen.

Chris: No hay ningún beneficio de conservación al acariciar cachorros de grandes felinos. Ya que no se han liberado ni se liberarán leones criados en cautiverio, la industria de la caza enlatada es un circuito cerrado, que no tiene nada qué ver con la conservación. Es ganadería con leones. 

Chitas observados por voluntarios en Botsuana.

Por desgracia, no es la primera vez que hemos escrito sobre la explotación de animales con fines turísticos. En nuestros artículos Nado con delfines y Montar elefantes también discutimos las consecuencias de estas actividades.

Projects Abroad cuenta con una estricta política de bienestar animal. Con ella aseguramos que ninguno de nuestros proyectos esté ligado a la crueldad animal de ninguna forma.

Close-up de un león en Sudáfrica.

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